Combatir la contaminación del medio ambiente para tener hogares más seguros y mejor calidad de vida, es la meta que la humanidad debe seguir sobre los edificios con eficiencia energética.

Para combatir este grave problema, fundaciones organizadas, están comprometidas a afrontar este grave problema, y a la vez atender las necesidades “habitacionales” de la sociedad. Enfocados en la sostenibilidad, sin que se comprometa la calidad de vida de generaciones futuras.

Albert Grau, gerente de la Fundación La Casa que Ahorra, explica “al despropósito actual con las emisiones de GEI hay que ponerle fin, no hay duda. Si la actividad humana es el problema, replanteémosla. No se trata de renunciar a nada de lo ya conseguido en nuestro estado del bienestar. Se trata incluso de mejorarlo a base de actuar de una forma distinta, tanto personas como empresas”.

El sector de la edificación es conocido por la Fundación La Casa que ahorra. Ellos explican que los edificios son los responsables del 40% del consumo energético de la Unión Europea. En una cifra similar a las emisiones de GEI. Este factor indica que es necesario actuar sobre los edificios con medidas coste-eficientes, como el aislamiento. De manera que se reduzca su dependencia energética y que a su vez los convierta en viviendas seguras y a la vez confortables y saludables.

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Acciones para reducir el consumo de energía

Desde la Fundación se plantearon cinco acciones, concretas, relacionadas con el sector de edificación. La primera es fomentar la rehabilitación del parque de edificios existente en la actualidad. La construcción de nuevas edificaciones por supuesto es necesaria.

Pero debe responder a una demanda real de la sociedad y no hacerlo en forma especulativa. Y además enfocarse en la regeneración y renovación de las viviendas en barrios y mejorar la movilidad. Así como favorecer los procesos naturales del medio ambiente.

Es necesario conocer qué mejorar y cómo innovar para afrontar el reto. Y de manera simultánea ir eliminando progresivamente productos y procesos no comprometidos con el medio ambiente y sus recursos limitados.

La construcción de un edificio genera impactos en todas sus fases. Tanto en la de producción de materiales como en la de construcción. Así como durante su uso o al final de su vida útil. Por lo tanto, es conveniente evaluar el ciclo completo para conocer el impacto ambiental y económico real, que tiene la elección de un producto o servicio.

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Reducir la demanda de energía

La otra acción planteada, es enfocarse estrictamente por la eficiencia energética en los edificios, reduciendo la demanda de energía. Las Directivas Europeas (EPBD y EED) exigen compromisos reales a nivel país antes de marzo de 2020.

Por tanto, es necesario descarbonizar el parque existente, a un ritmo superior al actual para llegar a 350.000 viviendas/año. Para lograrlo, se deberán generar las políticas necesarias de acompañamiento a la población para ésta sea la que genere el impulso necesario.

Ofrecer el certificado de eficiencia energética con información real y fidedigna. Es Otra de las acciones que considera necesaria la Fundación La Casa que Ahorra. Es indispensable mejorar las inspecciones y controlar las certificaciones de la vivienda, antes de otorgarlas.

Afirma Grau, “de forma que se garantice por parte de las administraciones competentes el valor del certificado de eficiencia energética, no solo la credibilidad de su calificación energética, sino también otros aspectos como las propuestas de mejora que incluye el documento”.

La quinta y última medida es implantar una fiscalidad ambiental apropiada además de planes y programas de ayuda efectivos. Que motiven a la ciudadanía.  En la aprobada EPBD en 2018,  se propone usar el concepto del Pasaporte de la Rehabilitación del Edificio, considerada entre las medidas más seguras y efectivas. En este sentido la fundación diseñó el “Pasaporte Energético” para España.

Actualmente, en manos de los Ministerios de Fomento y Transición Ecológica. Este será la base para impulsar la demanda ciudadana de “Edificios Energía Casi Nula”.

Para concluir, expone, “Es necesario pensar en la vivienda, cuidarla y rehabilitarla para utilizar de una forma inteligente, la energía. Si la cuidamos, ella nos responderá positivamente. Cuidará de nosotros, de nuestra familia, de nuestra ciudad y del medio ambiente”.

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