Cada año, el firmamento nos regala momentos únicos que capturan la atención de científicos, fotógrafos y amantes del cielo nocturno. Entre estos eventos destaca la Luna de Fresa, una luna llena que, pese a su nombre evocador, no tiene relación directa con el color o el sabor del satélite natural. 

En 2025, este fenómeno volverá a ser visible, ofreciendo una nueva oportunidad para contemplar uno de los episodios más simbólicos del calendario astronómico.

La Luna de Fresa suele marcar el final de la primavera y el inicio del verano, y aunque no presente características visuales radicalmente distintas a otras lunas llenas, su valor cultural e histórico la convierte en una fecha destacada. 

Este año, su aparición coincidirá con una posición orbital particular, haciendo que el fenómeno adquiera un matiz especial para los observadores atentos.

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¿Qué es la Luna de Fresa?

Pese a lo que muchos creen, la Luna de Fresa no se llama así por su color rojizo o rosado, sino por una tradición originaria de las comunidades nativas americanas del noreste de lo que hoy es Estados Unidos. Para estas culturas agrícolas, esta luna marcaba el inicio de la cosecha de fresas silvestres, de ahí su nombre simbólico.

Desde el punto de vista astronómico, se trata simplemente de la luna llena de junio. Este evento no implica un fenómeno físico extraordinario, pero su simbolismo ha trascendido culturas y fronteras, convirtiéndola en un referente dentro del calendario lunar.

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¿Cómo ver la Luna de Fresa?

Observar la Luna de Fresa no requiere de equipo especializado, pero sí de un poco de planificación. En 2025, alcanzará su punto máximo el 11 de junio a las 09:44 (hora peninsular española). 

Sin embargo, el mejor momento para disfrutarla será durante el atardecer del mismo día, aproximadamente a las 21:30, cuando la luna se eleve en el horizonte y adquiera un tono más cálido debido a la atmósfera terrestre.

Si bien no habrá un cambio visual extremo, el ángulo bajo en el cielo hará que parezca más grande y cercana. Para una mejor experiencia, se recomienda buscar un lugar con horizonte despejado, como una playa, una colina o incluso un mirador urbano.  El uso de binoculares o un telescopio puede enriquecer la vista, resaltando detalles de su superficie.

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Un fenómeno marcado por la posición orbital

En esta edición de 2025, la Luna de Fresa alcanzará una posición particularmente baja en el cielo, hasta cinco grados por debajo de lo habitual. 

Este efecto se debe a la inclinación máxima de su órbita respecto al plano de la Tierra y a un fenómeno llamado precesión de los nodos lunares, que ocurre aproximadamente cada 18 años y medio. Esta combinación no volverá a repetirse con la misma configuración hasta 2043, lo que convierte al evento de este año en algo realmente especial.

Más allá del mito: el impacto cultural y visual

Aunque la Luna de Fresa pueda parecer una luna llena cualquiera, su simbolismo tiene un profundo arraigo en las tradiciones del hemisferio norte. También es un evento que inspira a fotógrafos y creadores de contenido en todo el mundo. 

En años anteriores, imágenes tomadas desde lugares como la playa de Melenara han capturado su belleza sobre el mar, con un cielo teñido de tonos cálidos al anochecer.

El interés que despierta este evento demuestra que, aunque vivamos rodeados de tecnología, el ser humano sigue sintiendo una conexión ancestral con los ciclos del cielo.

¿Habrá algo especial este 2025?

Además de su baja posición en el cielo, los expertos sugieren que 2025 será un año notable para los amantes de la astronomía. La Luna de Fresa se alineará con condiciones atmosféricas que podrían hacer más llamativa su salida, especialmente en regiones con poca contaminación lumínica.

Los astrónomos también señalan que este año la luna alcanzará una declinación de 28.6 grados, una posición extremadamente norteña. Este fenómeno será difícil de repetir antes de 2043, lo que añade más valor a esta observación.